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El objetivo de Yamaha: la moto que no se cae

El objetivo de Yamaha: la moto que no se cae

Yamaha lleva décadas buscando la piedra filosofal: conseguir diseñar una moto que no se caiga, un objetivo que cada vez está más cerca.

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Redaccion Moto1pro
lldefonso García
Foto
motor-fan.jp/archivo
Fecha11/05/2024
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A diferencia de un coche, con cuatro punto de apoyo, la moto solo tiene dos, y en parado es incapaz de mantener el equilibrio. De ahí el uso del caballete y la pata de cabra. Varios fabricantes invierten en investigación y desarrollo para lograr el milagro: la moto que no se caiga. Yamaha es una marca muy activa en este campo y no ceja en su empeño de intentar llevar a la serie un modelo que sea capaz de mantener el equilibrio por sí mismo.

Los compañeros de motor-fan.jp han reunido los prototipos más importantes de Yamaha en este aspecto. Un repaso que pone de manifiesto un enorme esfuerzo tanto en trabajo humano como recursos materiales. La gravedad es uno de los misterios más grandes del universo (¿su acción se propaga más rápida que la velocidad de la luz?) y al igual que todos los aviones acaban aterrizando, a veces en las motos ocurren aterrizajes no deseados.

El objetivo de Yamaha: la moto que no se cae

Yamaha busca la moto que no se cae

Durante décadas los fabricantes se centraron en la búsqueda de prestaciones, en los años 90 la estrategia cambió con la preocupación por el medio ambiente y la seguridad. A partir de entonces llegaron elementos claves como los catalizadores, el ABS o el control de tracción.

En este aspecto Yamaha apunta muy alto con un objetivo que parece casi como perseguir un unicornio: diseñar la moto que no se caiga. La compañía de los diapasones ha bautizado esta tecnología como LMW (Leaning Multi Wheel – Múltiples Ruedas Inclinadas). El resultado ha sido vehículos de tres ruedas como el scooter Tricity o la moto NIKEN.

El desarrollo de triciclos con dos ruedas delanteras comenzó en los años 70 y se plasmó en el Passol, un scooter de tres ruedas. En 2007 se presentó en el Salón de Tokio el Tesseract, un aparato impresionante con cuatro ruedas, aunque Yamaha hacía hincapié que su comportamiento era similar al de una moto convencional, pues las cuatro ruedas se inclinaban. No pasó de prototipo pero algunas de las ideas puestas en práctica en el Tesseract luego se emplearon en el Tricity, que apareció por primera vez en el Salón de Tokio de 2013. La tecnología no solo valía para scooter, sino que en 2018 llegó al mercado la NIKEN, propulsada por un motor tricilíndrico de 900 cc.

La compañía japonesa además ha desarrollado la tecnología AMCES (Active Mass Center Control System – Sistema de Control de Centro de Masas Activo) que mantiene el vehículo en equilibrio. Se instaló por primera vez en el prototipo eléctrico MOTOROiD de 2017, al que siguió en 2023 el MOTOROiD2. La marca no se detuvo y trabajó con el sistema AMSAS (Advanced Motorcycle Stability Assist System – Sistema Avanzado de Ayuda a la Estabilidad de la Moto) que evita que la moto se caiga a poca velocidad.

Yamaha continúa persiguiendo el objetivo de fabricar la moto que no se cae. Un difícil proyecto que ha dado ya algunos importantes frutos como el scooter Tricity o la poderosa NIKEN.

El objetivo de Yamaha: la moto que no se cae
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