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Habrá un antes y un después en la historia de MotoGP después de esta carrera, porque con la retira de Jorge Lorenzo se acabará una etapa crucial en la historia del campeonato. Lorenzo ha cerrado un capítulo durísimo y difícil, en un año marcado por el dolor y la decepción, que le ha llevado a la despedida. Pero también ha sido un año de dignidad, en el que ha intentado cumplir con profesionalidad con su labor.

Esta última carrera del año no pasará a la historia por su emoción, porque Marc Márquez ha dominado con autoridad y control a pesar de no haber hecho una gran salida, pero, como siempre, ha sido resolutivo y ha sabido medir los tiempos y el esfuerzo en una carrera que no era nada fácil debido a la baja temperatura de la pista, que en determinados puntos se mostraba especialmente delicada.

Márquez ha hecho su carrera, con una estrategia diferente a los anteriores finales apurados en los que se midió con Quartararo. No era un día para juegos, había que estar muy fino y atento porque la temperatura podía jugar una mala pasada, y además, para asegurar la durabilidad de los neumáticos, todos montaron el compuesto duro, salvo Alex Rins, que se dejó llevar a rueda de la Ducati de Dovizioso usando una goma blanda, pero en ningún momento no tuvo opción de batir a la moto italiana.

Con este panorama, Márquez no ha querido correr riesgos y ha mantenido su margen, nada holgado, entre uno y dos segundos. En la parte final de la carrera, Jack Miller, desde la tercera posición, apretó a Quartararo, y el francés elevó el ritmo acercándose un poco a Márquez, pero éste lo tenía todo bajo control y no se dejó sorprender, ganando con suficiencia y autoridad, y despidiendo el año con el récord de puntos en su haber, y con la triple corona para Honda: piloto, fabricante y escudería. Además, con el concurso de Lorenzo, que aportó los últimos puntos al equipo.

El mañana en MotoGP

¿Qué deparará el mañana? La salida inesperada de Lorenzo ha movido todas las piezas del puzzle de MotoGP, que parecían ya perfectamente encajas. Su puesto se ha convertido en un goloso objetivo al que no le han faltado postulantes. A los lógicos, como Cal Crutchlow y Takaaki Nakagami que, como pilotos de Honda, también se sumaron otros postulantes, como Johann Zarco, circunstancialmente en las filas del LCR Honda y, de repente, Alex Márquez. La candidatura fue propuesta precisamente por su propio hermano, que introdujo esa variable así, como quien no quiere la cosa… ¿Un regalo envenenado? El tiempo lo dirá.

Lo cierto es que desde el viernes se desató una rumorología cambiante, que por momentos se inclinaba en una u otra dirección. Pero con el paso de las horas la posición de Márquez como piloto de MotoGP se consolidaba, ¿pero en qué equipo? Precisamente, Márquez y Zarco han quedado en el ojo del huracán, porque aunque los intereses del francés parecían alejarlo de Honda no se apartaba de MotoGP, y como consecuencia de paso a un movimiento de fichas secundario que terminará afectando a otros pilotos.

Para garantizarle una plaza en MotoGP, Zarco podría terminar recalando en Ducati Pramac, ocupando el puesto de Miller. El australiano saltaría al equipo de fábrica de Ducati, sustituyendo a Danilo Petrucci –que hace unos meses firmó su renovación-, y el italiano acabaría enrrolado en las filas de Avintia, a costa de Karel Abraham… Otra versión, más simple pero a su vez muy compleja, coloca a Márquez junto a su hermano, y el hueco que deja en el equipo campeón de Moto2 lo ocuparía… Zarco.