Coaching deportivo: la competición

Cuando te enfrentas a un reto o desafío importante debes estar preparado tanto física como mentalmente. Es esta entrega de coaching deportivo te ayudamos a que tu cabeza llegue al 100 por cien al gran día.

Facebook
Twitter
Whatsapp
Autor:
Sandra Polo / SPCOACHING9
Foto:
Red Bull
Publicado el 11/07/2017

Por SPCOACHING9

A lo largo de los diferentes capítulos de preparación mental, hemos tratado múltiples aspectos de nuestro interior emocional. Hoy juntamos todo con el fin de preparar correctamente nuestra cabeza para una competición o evento importante y así poder disfrutar del momento y vivir óptimamente la experiencia.

En muchas ocasiones, en los días previos a la competición aparecen nervios, molestias musculares, irritabilidad, presión… casi de manera inconsciente nos estamos poniendo trabas a nosotros mismos por miedo a fallar o por tener unas expectativas inadecuadas.

Tenemos que llegar preparados en todos los sentidos para poder reducir el factor de estrés y sus consecuencias antes y durante la prueba. Te contamos cómo hacerlo en siete sencillos pasos. 

1-Establece uno o varios objetivos de cara a la competición

Hay una frase que dice: “Si no sabes qué es lo qué persigues, nunca sabrás a dónde vas”. Por eso deberás establecer una meta, por pequeña que sea, de cara a esa prueba o reto. Puede ser quedar entre los “x” primeros, hacer un tiempo en torno a… o simplemente acabar la prueba. Pero intenta que esa meta no tenga sólo que ver con una motivación externa (un reconocimiento, una medalla, un pódium) sino que haya una motivación interna por lo que tú quieras conseguir eso: superación personal, aprendizaje, adquisición de valores internos… Siempre ten en cuenta que los objetivos tienen que aportarte algo que te ayude a crecer como piloto y persona.

Sabiendo por lo que “luchar” es más fácil motivarse, concentrarse y saber hacia dónde vas, y también, tener un seguimiento personal para saber si estás mejorando, o qué falla o falta de cara a próximas pruebas.

Si es una prueba de larga duración, divide la prueba en pequeñas metas, por ejemplo: llegar a “x” hora al primer control, parar a repostar a “x” hora… La finalidad de ésto es no pensar sólo en el “destino”, ósea el resultado o el final de la prueba, si no disfrutar el momento y la carrera. A veces tenemos pensamientos como “estoy deseando acabar” “todavía quedan muchos kms…” Eso nos distrae de la tarea, y nos hace todavía más larga la prueba, por eso, piensa en lo que llevas recorrido, y no es lo que queda por recorrer, y marca pequeños objetivos, para poder irlos cumpliendo, y así darte pequeños “chutes” de motivación interna.

Esto está muy bien si todo nos está saliendo rodando, pero... ¿Qué pasa si veo que no voy a cumplir el objetivo que me había establecido? ¿O si ya veo que no estoy cumpliendo esas pequeñas submetas?

Sé rápido y cambia el objetivo, no todo va a salir como queremos en muchas ocasiones, y por eso, es mejor cambiar el objetivo, y “bajar” el listón, que tirar la toalla y perder muchas cosas y aprendizajes por el camino. Además, siempre habrá otra nueva oportunidad de mejorar y aprender de los errores, por eso, si las cosas no salen bien, quédate con lo positivo y “olvida” rápido lo malo tras aprender de ello. Los campeonatos (si sigues alguno) son largos y es mejor coger puntos  que darse por vencido en una mala prueba.

2-Controlar la activación

Si hablamos de los días previos a la carrera, como decía al principio, pueden aparecer pensamientos negativos, ansiedad precompetitiva, limitaciones…y todo ello suele estas vinculado por el miedo a fallar o a hacerlo mal..

Saca de tu mente esto. Tras establecer tu objetivo, sé positivo y piensa en que lo conseguirás. Es primordial ir con una actitud “ganadora” siendo consciente, por supuesto, de que el objetivo quizá no se cumpla, pero no por eso significa que te hayas fallado a ti mismo o lo hayas hecho mal. Recuerda que los grandes guerreros también se caen, y lo importante es su capacidad de lucha y perseverancia para levantarse.

3-Optimizar la atención y la concentración

Aprende a “no pensar en nada” sobre todo, durante la carrera. Mantén tu atención en la tarea, la conducción, tus objetivos y en lo que estás haciendo. No analices lo que está ocurriendo ni menos lo que pueda ocurrir. El momento de hacer una crítica buena o malo a lo que ha pasado es después de la carrera.

Si analizas o te juzgas durante la prueba sólo te causará distracción y aparecerán las creencias limitantes de las que hablamos en otros capítulos, tales como “no puedo”, “ya me está saliendo mal” o “no lo voy a conseguir”… Mente en blanco sería la frase, prensando atención a lo que está ocurriendo, viviendo el momento.  Saca la “basura” de tu cabeza y aleja pensamientos que no te acercan a tu meta y te impiden disfrutar de la carrera y te alejan de ti mismo.

Dentro de este apartado, es importante, si tienes molestias físicas, o quejas sobre tu cuerpo. (Dolores por alguna lesión, sobrecarga si has corrido el día anterior, cansancio…) aplicar este aspecto y “no pensar” en dichas molestias en la medida de lo posible, ya que si prestas atención al dolor o la molestia, ésta será mayor

 

4-Pon en práctica la visualización

¿Qué es la visualización?

Consiste en recrear en nuestra mente una situación que vamos a desempeñar (futuro) o que ya ha ocurrido (pasado). Verte a ti mismo entrenando o antes de la competición… o recrear estas mismas situaciones una vez pasadas pueden ser algunos de los múltiples ejemplos.
Vernos donde queremos llegar  (visualizar nuestro futuro) nos hará caminar con sentido y hacia los objetivos ya que lo que veas en tu mente estará en tu mano. Soñar despierto para trabajar hacia aquello que queremos -igual que el buen escalador visualiza la cumbre- nos hará conseguir con una mayor efectividad aquello que deseamos.

¿Para qué sirve visualizar antes o después de una situación? Para entrenar las estrategias que posteriormente queremos utilizar. El cerebro no distingue entre realidad e imaginación o sueños, los da como que ya los ha desempeñado, por tanto, el imaginarnos rodando entrenando o montando en el terreno o en las cronos donde se llevará a cabo la carrera, nos trasladará al “como si” ya lo hubiéramos hecho por primera vez. De aquí la efectividad de imaginarnos en dicha crono o circuito antes de una carrera o entreno. Cuando llegue la situación ya lo habré practicado en mi imaginación y mi cerebro no se enfrentará por primera vez a la tarea. Por tanto, si tienes la oportunidad de ver todo lo posible donde vas a competir, hazlo. Visualiza las cronos, haz fotos, vídeos, imagínate pasando por las zonas u obstáculos…

La visualización mejora la concentración, ya sólo por el hecho de estar con los ojos cerrados y relajados imaginando y viviendo las situaciones, practicarás también el no pensar en nada del que hablábamos. Además, si visualizo posibles complicaciones deportivas, y  practico las situaciones, cuando me enfrente a ellas el nivel de ansiedad será menor y el de confianza ante ello mucho mayor.

Mejora la paciencia, y nos ayuda a corregir errores pasados. Recrear de nuevo una situación en la que no nos ha salido como queríamos, nos hace vernos desde fuera y poder corregir en la próxima ocasión dichos errores. Donde te veas, llegarás.

5-Confía en ti mismo

Todo lo que llevamos explicado hasta el momento te ayudará a coger confianza en ti mismo.      Recuerda cosas que ya has conseguido, logros pasados… y verás que sí tienes trayectoria de éxito. Tarde o temprano conseguirás los objetivos propuestos.

Haz una lista, incluso en papel si es necesario, de todas las cualidades positivas que tienes. ¡Échate flores! Esto no significa ser un vanidoso, significa saber lo bueno y lo positivo que tienes. Focalízate en lo positivo. La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito, acompañado de trabajo y esfuerzo.

6-Hablate en positivo

Acompañando a ese estado de concentración y de vivir el momento del que hablábamos anteriormente, cuando te ataquen las dudas, o si necesitas un toque de motivación, usa tus “anclajes positivos”.

Busca palabras, recuerdos, imágenes, que te den una dosis de ganas y confianza. Un… ¡vamos! Una carrera pasada donde tuviste éxito, una imagen de alguien importante… Descubre lo que te ayuda y te devuelve a la competición. Recuerda tus fortalezas y lo que vales.

En muchas ocasiones he tenido el pensamiento de tirar la toalla durante carreras duras. Frases como “vamos, tú puedes”, recordar experiencias positivas que he tenido en el pasado, recordar a personas importantes o sabios consejos me ha ayudado mucho… Todo eso, me ha devuelto la energía y la confianza para seguir adelante y pensar ¿Estoy tonta? ¡Yo puedo con eso y más! Busca tu “píldora mágica” que te de fuerzas como si de la mejor barrita energética se tratara.

También ayuda –en mi caso mucho- ponerte pequeñas frases motivadoras en sitios donde lo veas durante y antes de la carrera (en la moto, manillar, en tu casco…por tu habitación o equipaje…)

7-Sigue unas rutinas previas a la carrera

Procura seguir unos mismos hábitos los días previos a la carrera y también durante el fin de semana de la misma.  Ir al gimnasio “x” días, preparar la moto, hacer el equipaje, cuidar la alimentación. Con estas rutinas, reducirás mucho el estrés que crea una competición, más si aún si tienes que viajar.

Todo esto se aprende con la práctica y gracias a seguir estos hábitos ya no voy con prisas a las competiciones, me sobra tiempo, y así puedo relajarme y concentrarme.

Espero que este artículo te ayude antes, durante y después de la competición. Además de la teoría como psicóloga y coach he podido experimentar la práctica y lo sigo haciendo en carreras y entrenos. Por eso te hablo también como piloto y persona que vive estas cosas igual que tú.

Recuerda: “Tu Mente Es El Límite”.

 

 

 

 

 

 

Relacionados