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Revista Digital
Prueba Triumph Rocket X Edición Especial: Indomable
19/10/2015
19/10/2015
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Precio: Rocket X: 20.725 € / Rocket III: 18.995€
He de reconocer que la Rocket impone. Es una moto tan bestia que si la miras fijamente te hace dar un paso atrás, pero a su vez te enciende una llama dentro que solo puedes apagar cuando te subes en ella.
Cuando salió al mercado hace ya diez años Triumph dio un golpe sobre la mesa al presentar su motor masivo de 2.300 cc. Hasta la fecha nadie se ha atrevido a montar un propulsor tan salvaje en una moto de serie y menos hacerlo sobre una parte ciclo que sea capaz de soportarlo y moverse por el asfalto con solvencia. Cada año la marca británica ha ido puliéndola y refinándola hasta encontrarnos ahora con una versión más sofisticada y precisa. La Rocket X tiene precisamente esa X en conmemoración a su décimo aniversario y Triumph no ha querido dejar pasar la ocasión para hacer una edición limitada de tan sólo 500 unidades.
Exclusiva entre las exclusivas
Esta versión es una pieza de coleccionista en la que el negro y el tratamiento especial de la pintura es el protagonista. Una línea que simula el metal cepillado corta el negro de guardabarros y depósito. Un trabajo artesano y muy minucioso donde las diferentes capas de lacado y pulidos dan un aspecto increíble a la Rocket. Cada moto tiene un proceso de pintura que dura ¡cuatro días! Esta musclebike está llena de detalles. Desde su placa con su número de producción, hasta los escapes, palancas, cúpula, faros y acabados en negro. Realmente tiene una estética abrumadora.
El poder de lo grande
Cuando estás ante una moto de estas dimensiones y peso no hace falta decir que moverla en parado y a baja velocidad no será cosa fácil. Son detalles que realmente no importan porque sabes que su disfrute se encuentra en marcha. Sobre ella te sientes poderoso, sabes que entre tus piernas hay algo fuera de lo normal y que con tan solo enroscar el acelerador vas a encontrar un empuje desmedido en cualquier franja de revoluciones y en cualquier marcha. Esto se debe a su cifra de par de 221 Nm que está todo disponible desde las 2.750 rmp. Tanto es así que sobre buen asfalto y acelerando a fondo la moto es capaz levantar la rueda delantera a pesar de sus más de 350 kilos con el depósito lleno. No obstante sus casi 150 CV están ahí esperando que los saques a pasear…
Pretensiones viajeras
Muchos pensarán que esta moto es sólo un imán para atraer las miradas. Pero se equivocan. El trabajo realizado por el departamento de desarrollo es casi mágico ya que el comportamiento de esta gran moto en zonas de curvas puede dejarte pasmado. Siempre que tengas claro que este motor tiene sus inercias y que hay que atacar las curvas con anticipación y decisión, te sorprenderás enlazando una con otra con gran suavidad y dulzura. Además esta cruiser no toca a la primera de cambio con las estriberas lo que supone un plus a la hora de disfrutar del asfalto.
El motor, además de bruto, es muy dócil y progresivo. El cigüeñal invertido elimina muchos de los movimientos inherentes a un propulsor de estas dimensiones y facilita mucho su pilotaje. Un equipo de suspensiones encargado a Kayaba con horquilla invertida delante y doble amortiguador detrás se encargan de fijar la moto al suelo confiando en los dos grandes balones Metzeler de 150 mm delante y 240 detrás. Por eso sus pretensiones también son viajeras. Tanto si vas solo como con acompañante disfrutarás de una conducción placentera sabiendo que con un simple giro de gas dispondrás de todo el empuje que siempre has soñado. Las vibraciones apenas se transmiten y cogido a su gran manillar puedes realizar muchos kilómetros sin fatiga ya que las formas del depósito y la pequeña cúpula te protegen bien del viento. Además, a un ritmo lógico los consumos no se disparan y su gran depósito de 24 litros puede permitirte hacer casi 300 km sin repostar.
Para poder detener a este coloso Triumph ha confiado a Nissin su sistema de frenos con ABS. Realmente es complicado hacerlo saltar ya que con tanto peso y la gran superficie de rozamiento de sus ruedas es como si formara un todo con el asfalto. Sus pinzas de 4 pistones delante con discos de 320 son potentes y suficientes para esta Rocket.
Es tu moto si…
Si te gusta llevar una moto mega exclusiva, si te atraen las sensaciones fuertes y no te vale solo con un motor potente, si el estilo cruiser te seduce, si no buscas deportividad pero sí prestaciones, si no te importa consumir más gasolina de la cuenta, si quieres una bestia que levante pasiones a su paso y si no te importa desembolsar más de 20.000 euros por tener una joya así en tu garaje.
La moto al detalle...
Motor tricilíndrico de 2.294 cc, 148 CV a 5.750 rpm y 221 Nm a tan solo 2.750 rpm. El cigüeñal gira en sentido contrario para contrarrestar el empuje y movimiento del motor al abrir gas. La transmisión final es por cardan.
La moto de esta prueba es una edición especial denominada X. Tan sólo se han fabricado 500 unidades en el mundo. En ella se ha trabajado especialmente en la pintura y su efecto sobre el metal del depósito y guardabarros. Un acabado único que tiene una línea con el metal visto y cepillado. Además prima el color negro en toda la moto: escapes, cúpula, manillar, retrovisores, palancas, llantas…Cada unidad va numerada y tiene emblemas en los laterales.
Enorme horquilla invertida de 43 mm con 120 mm de recorrido. Detrás monta un doble amortiguador Kayaba con ajuste de precarga y 105 mm de recorrido. La Rocket monta dos grandes gomas Metzeler con 150/80-17 delante y 240/50R16 detrás.
Doble juego de relojes de corte clásico. A la derecha el velocímetro y a la izquierda el cuenta revoluciones. Ambos cuentan con una pequeña pantalla digital donde encontramos todo la información necesaria para el usuario. Desde consumos a hora y kilometraje.
Todo es enorme en esta Rocket. Desde el gigantesco radiador, hasta el asiento, el depósito de 24 litros, los escapes, el equipo de frenos con pinzas de 4 pistones (doble disco de 320 mm) y por supuesto sus grandes gomas de balón.
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