Prueba Yamaha Tracer 7 GT: excelente trail crossover media
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Cilindrada
Motor
Potencia
Peso
Carnet
Precio
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Yamaha tiene en la categoría intermedia dos grandes superventas como son la naked MT-07 y la tral campera Ténéré 700: su popularidad ha eclipsado a sus hermanas de motor y teníamos ganas de comprobar qué ofrece la Tracer 7, su trail “crossover” o asfáltica, disponible desde 9299 euros, aunque hemos probado la versión GT que añade maletas, pantalla más alta y asiento más cómodo por mil euros (10299 euros en total). No quiero hacer “spoiler” pero te puedo adelantar que nos ha gustado mucho y nos hemos llevado una buena sorpresa: nos atrevemos a afirmar que, con contados “peros”, la Tracer 7 es de las mejores trail asfálticas medias.
Yamaha Tracer 7 GT
La Tracer 7 se renovó, como su hermana Tracer 9, hace tres años, pero al contrario que su hermana mayor la renovación de la 700 no recibió cambios tan profundos tampoco después y sospechamos que para 2025 sí llegarán... Aún así teníamos pendiente probarla y aquí la tienes. La relativa veteranía de este modelo se hace aparente básicamente en la electrónica, lo mismo que ocurre con sus hermanas de motor (el CP2 bicilíndrico de 689 cc) ya sean las citadas MT-07 o Ténéré 700, o las R7 y XSR 700. Ninguna de ellas cuenta con ayudas electrónicas a la última (modos de conducción o control de tracción), ni siquiera un embrague antibloqueo, tampoco control de crucero. Y el (obligatorio) ABS de los frenos es de la anterior generación, es decir no cambia su comportamiento si la moto está inclinada, en curva. Pero eso no impide que las MT-07 y Ténéré sean de las favoritas de los motoristas… ¿por qué? Porque sus virtudes “clásicas” cuentan más: son motos cuya fiabilidad está más que probada a estas alturas, son más ligeras que sus rivales, y ¡van muy bien!
Pues eso también se aplica, tal cual, a la Tracer 7. Nada más recogerla me sorprendió su ligereza, pues los ya escasos 203 kg declarados con el depósito lleno (17 litros) parecen menos… Pero vayamos por partes y repasemos qué ofrece esta Yamaha: el motor como ya sabemos es el mismo bicilíndrico de la MT-07, unos de los primeros que ofreció cigüeñal decalado (270 grados) para ofrecer un tacto, tracción y sonido “más V2”, y cuyos 73 CV a 8750 rpm ahora se antojan escasos ante los más de 80 o más de 90 CV que ofrecen sus rivales de categoría de Suzuki y Honda, respectivamente. Sujeto en un minimalista chasis de tubo de acero, la Tracer 7 monta suspensiones ajustables de recorrido asfáltico (130 mm delante y 142 detrás) con ruedas también muy de asfalto: 17 pulgadas delante y detrás, con neumáticos en talla ya estándar 120/70 y 180/55 (incluso algo excesivo el trasero). Dos discos de 298 mm delante y uno de 245 mm detrás se encargan de la frenada.
La pantalla TFT de 5 pulgadas sí es un guiño tecnológico actual, además es conectable vía App de móvil, y se maneja fácil con una ruedecita en la piña derecha. Esta “GT” lleva un portaequipajes trasero mejorado (con el buen detalle de unas gomas en las asas del pasajero), maletas muy bien integradas (20 litros cada una) y una pantalla parabrisas más grande y fácilmente ajustable incluso en marcha (perfecto). A todo eso se suma un asiento “comfort” más mullido que no cambia la altura al suelo (835 mm pero es estrecha). Igual que he criticado otras Yamaha por la estética de su frontal (como la fea MT-09 anterior) el de la Tracer 7 ¡me encanta! Tiene un toque “Iron Man” y los dos proyectores LED siempre están encendidos (cortas o largas), y por cierto iluminan muy bien de noche en carreteras oscuras. Promete...
Básica, pero buena
Ya he dicho que me sorprendió la ligereza de la Tracer 7 al recogerla, como siempre con las Yamaha de pruebas en Madrid, en Motos Cortés, donde me saludan como de la familia después de más de 30 años pasando por allí… Pues no menos me sorprendió la suavidad del motor: hacía tiempo que no probaba alguna “CP2” (Yamaha 700) y los fabricantes suelen ir afinando su producción, pero no me esperaba un motor TAN suave, tan fino. Ni siquiera tenía un rodaje largo (la recogí con poco más de 2000 km en el marcador) pero es algo que durante toda la prueba me llamó la atención, a mí y a quien me acompañó con ella: siempre pregunto al pasajero qué tal la comodidad, vibraciones en asiento y estriberas, etcétera, y todos coincidieron en destacar que el motor “parecía eléctrico”. Puedes meter sexta, dejarla caer a 50 km/h (2000 rpm), y seguirá tirando sin tirones, remontando como si tuviera más cilindros al abrir gas.
El motor empuja muy bien a cualquier régimen, no hay un momento determinado en que cambie de sonido o empuje más notablemente, y sigue tirando mucho más allá de donde entrega su potencia máxima (antes de las 9000 rpm) con un suave corte de encendido (no corta pero ya no sube más) en torno a las 10.000 vueltas. El motor perfecto para una moto rutera, que puedes usar a diario y con la que también te puedes divertir entre curvas, y que tampoco gasta demasiado (siempre anduve por debajo de los 5 litros cada 100 km).
Ya he dicho que la Tracer 7 es ligera, y te aseguro que es algo que noto y cada día agradezco más cuando meto o saco las motos de mi garaje, con una rampa algo empinada… Hay motos con las que me digo “esta no podría usarla cada día o sería la ruina en fisioterapeuta” y la Tracer 7 no es, para nada, de esas. Me encantaría tener una para usarla cada día, vaya.
En marcha, esa ligereza también se agradece mucho: colocas la moto entrando en curva con el pensamiento, y puedes alterar la trazada sin problema. También la mueves entre coches atascados sin apenas esfuerzo, solo con un ojo en las maletas (cuya tapa, lacada brillante, me parece algo delicada). Además del peso, ayuda una geometría muy rápida: esta moto puede parece grande pero no lo es tanto, es corta (1460 mm entre ejes) y la dirección es muy rápida con 25 grados de lanzamiento (ángulo de la horquilla) y 90 mm de avance… ¡creo que hace tiempo que no probaba una con geometría tan agresiva!
Con los Michelin Road 6 GT que montaba de serie, era incluso demasiado ágil en ocasiones: sin pasajero tuve que reducir algo la precarga detrás para que la parte trasera bajara un poco (abriendo el ángulo de dirección) o cuando pasaba de unos 180 km/h (en circuito, claro) se volvía demasiado alegre la rueda delantera. En pilotaje deportivo llegarás a rozar las estriberas en curvas si te aplicas, pero es un buen aviso de que no conviene buscar más lejos (por eso se llaman “avisadores” los extremos de las estriberas)… y a ese ritmo pocos te seguirían, da igual la moto o potencia que tengan.
Conclusión
Tenía ganas de probar la actual Tracer 7 antes de que, sospecho, reciba pronto unos cuantos cambios. Esos cambios, si llegan, solo la mejorarán con lo poco que le falta: mejor electrónica, con un control de tracción que evite sustos cuando el suelo desliza más de la cuenta, incluso con un control de crucero, que veo mucho más útil en esta moto tan rutera que, por decir algo, en su hermana MT-09. De todas formas la Yamaha Tracer 7 tal cual es ahora me ha enamorado, por su suave motor, su ligereza y agilidad, y su buen comportamiento a la hora de tragarse curvas o kilómetros.
La moto al detalle...
Es uno de lo extras “GT”, esta amplia pantalla parabrisas que podemos mover a nuestro antojo incluso en marcha. No me hubiera importado que llegara un poco más arriba para mi 1’83m.
Otro “extra GT”, con 20 litros de capacidad cada una (ventajas del escape bajo), pero sin la opción de poner unas tapas que den más capacidad (no cabe un casco). Quedan bien recogidas y se abren con la misma llave de contacto.
Es el tercer extra “GT”, con más mullido para piloto y pasajero, la verdad es que es un asiento cómodo porque pasó desapercibido durante la prueba. Bien.
La pantalla TFT es un toque moderno bien recibido, da mucha información y solo faltaría autonomía y es muy pesimista con la gasolina que nos queda. Excelente contar con una toma de mechero (12 V) y otra USB.
Me encanta ese frontal “Iron Man” con las luces de posición más los dos proyectores LED inferiores, que trabajan (ambos) tanto en cortas como en largas. Y proyectan un buen haz luminoso.
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Apasionado de las motos, los aviones y la tecnología, llevo más de 30 años viviendo "desde dentro" la información del mundo de la moto en los mejores medios: ahora, en Moto1Pro.
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