Ensueño: Honda Dax K-Speed café racer, la bala negra

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No ocultamos nuestra admiración por el trabajo de Tanadit Sarawek. El afamado artesano comenzó en Bangkok, Tailandia, en 2002 con una pequeña tienda llamada K-Speed. Con el tiempo sus transformaciones se han hecho famosas en todo el mundo. Los diseños de Sarawek tienen un aire de familia en el que se pueden reconocer algunas de las claves estéticas del artista. Otra característica de su trabajo es que a menudo se atreve con humildes 125, que transforma y eleva con su arte.

Hace un par de años Honda decidió volver a fabricar la Dax, un modelo que en los países sajones es conocido como dachshund (perro salchicha) por la forma del chasis de chapa estampada que hace que la moto sea larga y baja, como la raza perruna que en estos momentos, al menos en España, está bastante de moda. El responsable de K-Speed no pudo evitar la tentación de transformar la renacida Honda Dax y el resultado es lo que ves aquí. ¿Qué te parece?

Honda Dax K-Speed café racer

Hay que ir sobrado de imaginación para convertir a la simpática Honda Dax en una agresiva café racer. El responsable de K-Speed nunca ha tenido problemas a la hora de engrandecer humildes 125 y con el perro salchicha lo ha vuelto a conseguir.

La transformación se ha bautizado con el nombre de Puppy Racer, algo así como piloto cachorro, y emplea un buen número de piezas Diabolus, la marca de la compañía tailandesa. El artista gusta de las llantas lenticulares, que además no son de 12 pulgadas como en el modelo de serie, sino de 14 pulgadas en ambos trenes. Tampoco falta el color negro integral, marca de la casa, que se extiende por toda la Puppy Racer. La imagen café racer se completa con unos agresivos semimanillares.

Las imágenes que ves aquí fueron publicadas en la ciberpágina bikeexif.com y otro detalle curioso es la ausencia de guardabarros, lo que ayuda a conseguir una imagen más agresiva. El deportivo asiento procede del catálogo Diabolus y acaba con una práctica parrilla que, curiosamente, no desentona. La guinda del pastel la pone el escape elevado de producción propia.