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Prueba Husqvarna Vitpilen 401: Matagigantes

Prueba Husqvarna Vitpilen 401: Matagigantes

Rodar con la Husqvarna Vitpilen 401 puede tambalear los cimientos de ciertas convicciones. Puede que entre en la horquilla de “motos para el A2”, pero sobre todo habita el segmento de “motos que te hacen sentir vivo”.

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Pipe Hinojosa
Álex Varo
13/05/2021
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Álex Varo

13/05/2021


ASPECTOS POSITIVOS

Parte ciclo
Agilidad
Motor a altas vueltas

ASPECTOS NEGATIVOS

Pantalla LCD
Poco versátil
El portamatrículas rompe la línea

Cilindrada

373cc

Motor

1 cil. EFI DOHC

Potencia

43 cv

Peso

151kg

Carnet

A2

Precio

5.549 €

Ver ficha técnica completa

Tenía ganas de probar la Husqvarna Vitpilen 401. Acababa de llegar de la presentación de la Svartpilen 125, donde pudimos disfrutar también de una jornada de dirt track en el Rocco's Ranch de Ricky Cardús a lomos de una Svartpilen 401. Descubrí que es una moto muy capaz y divertida; saber que la siguiente estación, la Vitpilen 401, era la versión asfáltica, supuso una motivación extra en esta sacrificada profesión que es probar motos.

Mi primera impresión al ir a buscarla es que parece más menuda que su hermana scrambler. La sensación proviene de los semimanillares, porque el resto de las cotas se mantiene, al compartir el resto de componentes. Una vuelta alrededor de ella confirma la pureza de líneas del diseño de las “Pilen”, una de las pocas motos del mercado (en cualquiera de sus cilindradas) que se puede reconocer de un vistazo sin confundirla con ningún otro modelo.

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Puede gustar o no, pero diferenciar tu producto del de la competencia de un solo vistazo es la aspiración máxima de cualquier diseñador de motos. La personalidad de las Husqvarna Vitpilen se manifiesta en el conjunto de la carrocería, que funde en un solo conjunto el depósito y las tapas laterales sin esconder el chasis tubular y los componentes mecánicos. La ligereza de la zaga culmina en un piloto que se integra con las formas de la moto y que combina a la perfección con el enorme faro circular delantero, que por sus formas evoca el pasado y que su óptica LED sitúa en el presente más innovador. Independientemente de su diseño podemos calificar la Husqvarna Vitpilen 401 de rara avis, porque no tiene rivales stricto sensu.

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Ergonomía

Según te subes a la moto se constatan dos cosas: lo primero es la ligereza (151 kg sin combustible), propia de una moto de 125 cc (suelen pesar incluso más) y que promete sensaciones fuertes. Lo segundo es la posición de los semimanillares, que indican que no son una pose; no son los típicos semimanillares altos, sino que están situados abajo y delante, obligando a adoptar una postura racing que carga el peso en el tren delantero.

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Primer prejuicio derribado, no es una moto de postureo, sino destinada a labores mucho más nobles. Por supuesto, hay contrapartida negativa a cambio. No es una moto confortable, porque la postura no es cómoda. Tarde o temprano notarás el peso de tu cuerpo en las muñecas, la cuestión es lo bien que te lo vas a pasar entre que arranques la moto y aparezcan esos síntomas. Porque tenlo claro, es una moto que pide guerra y del mismo modo que la pide, tú se la das, es inevitable. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos y analicemos la dotación que trae de serie antes de saber cómo se mueve.

Motor y parte ciclo

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Aquí entramos en territorio conocido, porque como sabéis, Husqvarna pertenece al grupo KTM y por tanto la Husqvarna Vitpilen 401 comparte motor y parte ciclo con la KTM 390 Duke. ¿Significa eso que estamos ante la misma moto? No. La postura a bordo hace que las geometrías y centro de gravedad varíen y con ello el carácter de la moto. Al compartir elemento motriz (monocilíndrico DOHC de 373 cc), arrojan cifras similares de potencia (43 CV a 9.500 rpm) que la encuadran en el límite del carnet A2. Reconozco que durante la prueba no pensé en ningún momento en que la moto era A2, sino que mi subconsciente la contemplaba como una opción más en el universo del todopoderoso carnet A, tales son las emociones que transmite.

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El chasis también es el mismo, pero difieren en algunas cotas. Tienen el mismo ángulo de dirección (65º). pero la Husky tiene un 1 mm menos de avance y 10 mm más de distancia entre ejes (1.367 mm). También comparten suspensión posterior, con un monoamortiguador que actúa entre el basculante de aluminio y el chasis con 150 mm de recorrido, pero el recorrido de la horquilla de la Vitpilen es de 150 mm, por 142 de la KTM. Hay que destacar las palomillas para la regulación en ambas botellas, cuya facilidad de accionamiento contribuirá a que el usuario se atreva a probar diferentes configuraciones y aprenda a manejarse en el proceloso mundo de las suspensiones. 

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El sistema de frenado es idéntico en ambas, confiando en un disco de 300 mm mordido por una pinza flotante Bybre de 4 pistones con ABS que no te hace echar de menos más capacidad de frenado. Esas pequeñas diferencias en las cotas y la posición de conducción revelan filosofías distintas que se traducen en distintas formas de llevar la moto, estando la Vitpilen mucho más focalizada en la conducción deportiva, mientras que la KTM admite más compromisos en diferentes escenarios.

Equipamiento

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La Husqvarna Vitpilen va muy bien servida en cuanto a la calidad de sus componentes, no hay duda sobre ello. Visualmente se percibe una moto muy moderna. A ello contribuye la iluminación full LED y el minimalismo de sus formas, pero en esta actualización (que cumple con la Euro 5) se ha mantenido el cuadro anterior, que consta de una pantalla LCD que, si bien contiene toda la información deseable, es difícil de leer. Al contraste con el sol cuesta diferenciar los guarismos, mientras que la línea del tacómetro se pierde en el interior de la esfera y para saber a cuántas revoluciones vamos, hay que desviar la vista en exceso de la carretera. Queda claro que no fue diseñado por alguien que sufriera de vista cansada. Es curioso, porque contrasta con las fantásticas piñas retroiluminadas con las que no te equivocarás en caso de baja visibilidad, si bien solo accionan los comandos más básicos (arranque, intermitentes, luces y bocina), porque para actuar sobre la pantalla LCD hay que retirar las manos del manillar y apretar los sempiternos botones de mode y set que hay a la izquierda de la esfera.

¡Cómo va!

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Estoy seguro de que, si la Husqvarna Vitpilen ha llamado a la puerta de tu corazón, este es el párrafo al que querías llegar desde el principio. Vaya por delante que, si tienes un sentir guerrero, te vas a entender a las mil maravillas con esta moto. Eso sí, es lo que es y no pretende ser otra cosa: la Vitpilen 401 es una moto que no acepta muchos compromisos. La consigna es ¡al ataque!

El cargar el peso en la rueda delantera implica que sientas a la perfección la información que fluye desde los (fantásticos) Metzeler Sportec M5 hasta los puños del manillar y desde ahí, a tu cerebro. Es una gozada sentir cómo confías en que el tren delantero está girando con extrema precisión hacia donde se dirige tu mirada. Hay que hacer un matiz y es que hay un proceso de adaptación mientras comprendes lo ligera que es la moto. Es de aquellas motos que te deja pensando detrás de cada curva el “podía haber pasado más rápido”, porque va sobrada en cuanto a parte ciclo. La moto es muy reactiva y se moverá ante la más leve insinuación en los semimanillares, incluidas las rectas. Es una moto corta entre ejes e igual que tiene una velocidad de paso por curva inaudita, hay que estar atentos en las vías rápidas ante posibles movimientos que se pudieran producir, que en cualquier caso son mitigables con tus propios brazos. En ese sentido (ir rápido) es una excelente moto escuela, siempre teniendo en cuenta que la moto es capaz de correr mucho.

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El motor también es excitante a altas vueltas. Eso significa que por debajo de 3.000 revoluciones no vas a encontrar mucho carnaval, pero la cosa se anima en el medio régimen y para pasar a sorprender su estirada final. La combinación con el escaso peso del conjunto la convierte en un juguete que ya habría querido yo en mis primeros años montando en moto.

Hay un detalle que no he mencionado todavía: ¡dispone de cambio semiautomático! En Husqvarna lo llaman Easy Shift y permite subir y bajar marchas sin emplear el embrague. El funcionamiento (subiendo marchas) será mejor cuanto más alto sea el régimen. Para bajar marchas es conveniente tener el gas cerrado, sopena de sufrir tirones innecesarios. Puede parecer un poco tosco en un principio, pero conforme he ido pasando más tiempo con la Vitpilen 401 me he convencido de que es mejor así. Me explico: el uso del Easy Shift es muy apropiado para determinadas situaciones en las que es conveniente no perder tracción y tiempo en cambios de marcha. Pero hay veces en que es mucho más adecuado el uso del embrague para aportar progresividad a una reducción o frenada, o dar un golpe de gas para que la velocidad de los piñones se iguale y el cambio sea más limpio. Si nos empeñamos en usar exclusivamente el Easy Shift, acabaremos molestando la fluidez de nuestra conducción. Sin embargo, si alternamos el uso del cambio semiautomático con el uso del embrague, descubriremos que tenemos más recursos para ser mejor piloto.

Conclusión

Prueba Husqvarna Vitpilen 401: Matagigantes

Este artículo abre con un título que puede parecer presuntuoso: Matagigantes. Está claro que subiendo un puerto no puedes luchar contra motos muy potentes en los tramos rectos que hay entre curvas; pero como el puerto sea muy ratonero o la pista sea de karting, puedes estar seguro de que tienes la herramienta adecuada. Bajando ese puerto, ni siquiera tendrás condicionantes. Y por solo 5.549 €. Vitpilen significa “flecha blanca”. ¿Eres el indio adecuado?

La moto al detalle...

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Pantalla LCD

Aunque es muy completo, la legibilidad no es uno de sus fuertes.

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Horquilla

La horquilla cuenta con ¡43 mm de diámetro!

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Neumáticos

Los Metzeler Sportec M5 transmiten seguridad desde el primer momento.

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Iluminación

El faro delantero, de un tamaño de otra época se integra a la perfección en una moto tan moderna.

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Manetas regulables

Ambas manetas son regulables

Galería de fotos

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Después de muchos años en el sector audiovisual y trabajando como freelance para distintas marcas y medios, ahora disfruto de mis dos pasiones, las motos y la comunicación, en Moto1pro, la primera web de motociclismo digital en español.

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