Prueba QJ Motor SRT 700X: trail buena, bonita y ¡barata!

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QJ Motor SRT 700X

La china QJ Motor tiene una gama trail o “adventure” con seis modelos en España, todas llamadas “SRT” y con tres cilindradas: 550, 800 y esta 700. Todas montan motores bicilíndricos en línea, de diferentes generaciones (el 550 y 700 los más nuevos) y cuentan con dos versiones, la “X” es la más campera (llantas de radios con 19 pulgadas delante). El motor 700 (cubica 698 cc) tiene unas dimensiones internas de 83 x 64 mm, a modo de curiosidad la 550 tiene pistones de 69 mm (carrera 66,8 mm) y la 800 de 88 mm (con 62 de carrera). Ofrece 73,5 CV a 8000 rpm (se vende limitada para A2 con 35 kW) con un par máximo de 67 Nm a 6500 rpm. Es el mismo motor, mecánicamente, que la naked SRK 700, pero con un mapa de inyección diferente adaptado a la trail que, como enseguida veremos, nos gustó.

Un chasis en tubo de acero recibe el motor y las suspensiones, Marzocchi delante (horquilla de 43 mm con 140 mm de recorrido) y detrás. Brillan los frenos: Brembo (pinzas radiales) con discos de 320 mm delante y ¡bomba radial! Un importante factor diferenciador (y bienvenido por su superior tacto). La decidida apuesta por material de primera fila se confirma en los neumáticos: monta Metzeler Tourance en medidas 110/80-19 delante y 150/70-17 detrás.

La electrónica en cambio es muy sencilla: no hay mapas de motor, ni siquiera control de tracción, y el ABS (obligatorio por ley) no permite ajustes (en una “campera” lo suyo sería poder desconectar el trasero, al menos). El equipamiento eso sí es de primera: puños y asiento del piloto calefactables, caballete central y protecciones (también paramanos sólidos), piñas iluminadas con manetas ajustables, todo luces LED y cuenta con pantalla TFT de 5 pulgadas (que debe mejorar su único modo de mala lectura) con sensores de presión de ruedas opcionales. El depósito de gasolina es capaz (19,5 litros) y la moto llena se va un poco de peso, 240 kg declarados, aunque vaya muy equipada (solo el caballete y las protecciones ya son unos cuantos kilos). Lo mejor de todo es el precio porque son 7999 euros de oferta con maletas y seguro (versión A2, la normal sube a 8313 euros por el impuesto extra), y sus seis (sí seis) años de garantía, transferible. Ah y se vende en tres colores: rojo, blanco o gris oscuro.

En marcha: todo en su sitio

A ojo el asiento parece más bajo de los 825 mm declarados, y para mi 1,83m no fue problema apoyar ambos pies en el suelo. Una vez en marcha, la QJ SRT 700X es una moto ágil y manejable, esos 240 kg pasan desapercibidos, y la calidad de suspensiones, neumáticos y la geometría elegida muy neutra (o si acaso tirando a rápida) la convierten en una moto manejable y que se deja llevar por donde quieras, incluso cambiar de trazada en plena curva. Su ABS tradicional no me dio ninguna sorpresa en los 200 km de ruta que hicimos durante su prueba y presentación por carreteras del pre-pirineo catalán. Tampoco eché de menos el control de tracción, pese a la humedad del suelo a primera  hora, porque el tacto del gas es muy bueno y el motor noble.

Pasamos por pocas vías rápidas, pero pude apreciar que por encima de 100-120 km/h la pantalla parabrisas que monta (fija) protege bien al piloto, lo mismo que los paramanos, aunque eso se prueba bien en invierno… Las protecciones inferiores sobresalen mucho lateralmente y otra cosa mal rematada es el caballete, que parece quedar descolgado y roza antes que los reposapiés (!) en cuanto aprietas un poco en curva. Estos detalles al margen, las sensaciones a los mandos de la SRT 700 son muy buenas: destaca la frenada, potente y de perfecto tacto, algo vital para mí en cualquier vehículo.

Me gustó el motor: un bicilíndrico en línea con cigüeñal “normal” (nada de calados extraños) que va fino y solo vibra un poco entre 6 y 7000 vueltas, habrá que ver en tramos autopista si no se hace molesto (en sexta son 150-170 km/h). Por encima de ese régimen estira con finura hasta mucho más allá del régimen de potencia máxima (8000 rpm), algo bueno para ahorrar cambios en momentos determinados (no hay un corte abrupto). Por debajo está lo mejor de este motor: cómo responde desde unas 3000 vueltas o algo más, donde es capaz de tirar de una cuarta marcha “universal” que usamos durante muchos kilómetros de curvas, que en otras motos serían de tercera o incluso segunda… Desde abajo este 698 cc empuja bien y suave, una gozada.

Aunque es más ligero que el 800 y mucho más agradable, le sobran unos kilos, a la moto en general, es la única pega que, pasada la prueba, le puedo poner. Eso y no poder desconectar el ABS, dos cosas que si abandonamos el asfalto (lo hice brevemente) se echan de menos. Por campo me gustó el tacto del motor y hubiera querido mover ligeramente hacia adelante el manillar, poco plano (más de carretera). Los acabados generales están bien y el equipamiento es de primera, y todo funciona sin pegas, del cambio a los frenos o suspensiones, que me hubiera gustado retocar ligeramente, pero no tuve tiempo (aunque son ajustables).

¿Rivales?

Esta marca ya no es una desconocida en España, porque más allá del (buen) trabajo que está haciendo Motos Bordoy con su distribución muchos conocen la dimensión del fabricante (entre otras de las Benelli que han relanzado esa marca). Personalmente no todas las motos de su catálogo actual aquí me gustan, pero esta SRT 700 sí y no sólo estéticamente: me ha convencido en marcha, y conocer su precio y descubrir lo que dan por esos 8000 euros… Las únicas alternativas, siendo algo más caras, solo la ganan en ligereza, y estoy pensando en trail tan populares como la Vstrom 650 o Tracer 7, en ambos casos mucho menos equipadas que la QJ. Ahora mismo (la oferta al menos se mantendrá hasta octubre) ¡es un chollo!.