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La profesionalidad y el atractivo del trabajo de Shiro Nakajima lo ha convertido en uno de los grandes preparadores nipones. A pesar de ser japonés -o quizá por eso- a menudo trabaja sobre motos europeas.
Comenzó a llamar la atención en el mundo de las preparaciones con Ritmo Sereno, un taller muy especial que fundó en Tokio en 2001. Además de ser un gran artista es un consumado piloto con varios títulos en su haber. Algo que queda patente en sus trabajos, pues a menudo se trata de transformaciones hacia la vertiente más deportiva de un determinado modelo.
En la actualidad Shiro Nakajima ha dejado atrás el estrés asociado con Tokio para refugiarse en las montañas de Yatsugatake, donde ha fundado una nueva empresa llamada 46Works. En la campiña japonesa se dedica a trabajar con muebles, motos y coches.
La mayoría de sus personalizaciones están basadas en grandes bicilíndricos de BMW o Moto Guzzi, pero también le gustan los monos. “A finales de los años 90, la primera moto que tuve fue una Yamaha SR400. Era una época en la que estaban de moda las hi-sport pero yo me dedicaba a tumbar con la SR400 en los puertos de montaña. Para mí una monocilíndrica no es simplemente un modelo nostálgico sino que lo considero como una moto deportiva”, explica Shiro Nakajima.
La moto que ves aquí la han sacado a la luz los compañeros de bikeexif.com. Shiro siempre tuvo el deseo de hacer una monocilíndrica de carreras (en Japón eran populares las competiciones llamadas Sound of Singles). Para ello optó por una KTM 690 Duke de 2017. “Hace 15 años probé una KTM Duke para una revista y quedé impresionado con el motor LC4, que parecía un monocilíndrico de carreras”, añadió.
En la preparación, Shiro Nakajima conservó las suspensiones, basculante y frenos de la 690 Duke pero fabricó una nueva carrocería que obligó a diseñar un subchasis distinto. El depósito recuerda un poco a la Benelli Mojave con hendiduras para las rodillas y un aspecto café racer. La Duke original tiene una imagen con muchas aristas pero Shiro Nakajima ha sido capaz de suavizar el aspecto con unas líneas más redondas. Hasta el único espejo ha sido hecho por el artesano japonés solo para esta moto…
“La Duke de serie tiene la cintura alta, como los modelos de off-road. Mi objetivo era conseguir una estampa más baja y deportiva, pero sin bajar ni las suspensiones, ni la posición de conducción. En mi opinión, cuanto más baja es la moto, menos divertida es”, confesó Shiro Nakajima, quien parece pensar que no todas las KTM tienen que ser naranjas...
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