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El gigante indio Bajaj aterriza en España con dos motos y hemos viajado a su factoría en Pune para ver de cerca cómo trabaja uno de los mayores fabricantes del mundo.
Más allá del exotismo que pueda evocar a algunos el origen indio de las nuevas Bajaj Pulsar NS 125 y Dominar 400, lo cierto es que la llegada a nuestro mercado de Bajaj -el primer paso hacia una progresiva implantación de la marca en Europa- representa en realidad el desembarco de un gigante que resulta ser el cuarto fabricante del mundo y está incluida en Forbes como una de las “100 empresas más innovadoras del mundo”.
La empresa es el tercer grupo empresarial de India con un valor capital que supera los 120.000 millones de euros y con más de 40 empresas de distintos sectores bajo su tutela. Debemos tomarnos en serio, por tanto, a esta compañía fundada en 1926 por Jamnalal Bajaj -quinto hijo adoptivo de Gandhi- que empezó como constructor de motocarros y de Vespa con licencia en 1945 y hoy vende millones de unidades de sus motos utilitarias en más de 100 países.
En este sentido los responsables de Bajaj no ocultan que su recién estrenada andadura en Europa representa para la marca más una cuestión de prestigio y de reconocimiento del alto nivel alcanzado por sus productos que de cifras puras de venta, teniendo en cuenta que venden cerca de 6.000.000 de unidades al año con facturaciones superiores a los 5.000 millones de euros que dejan un beneficio neto de más de 800 millones anuales…
Tampoco debemos olvidar que desde 2012 son propietarios del 48 por ciento de KTM -cuyos modelos de 125 hasta 390 cc salen de sus cadenas de montaje- y que fabrican igualmente para Triumph (las 400).
La India es reconocida como el país de los grandes contrastes: de los miserables “slumdogs” conviviendo junto a los rascacielos futuristas y de la hipertecnología compartiendo espacio con tradiciones milenarias. No iba a ser menos en cuestión de motos y buena prueba de ello es la impresionante factoría central de la marca en Pune, la más moderna de las cuatro con las que cuenta en su país, más una quinta en Brasil para el mercado local de allí.
La instalación es un salto al futuro con drones AMR recorriendo los pasillos al más puro estilo Star Wars y un edificio inteligente que comprende miles de hectáreas con bosques, fauna y vegetación autóctona: no necesita ni luz ni agua del exterior, es autosuficiente energéticamente, capaz de aprovechar el agua de la lluvia de los monzones y de generar la electricidad necesaria con paneles solares. Por todo ello acaba de recibir el prestigioso premio internacional TPM a la mejor fábrica de automoción del mundo, un galardón al alcance de muy pocos.
En Pune se fabrican las mencionadas KTM y las Triumph, en ambos casos con un 0% de errores en la producción. De cada una de sus línea de producción sale una moto por minuto en un turno de 8 horas que podrían llegar a ser 2 en picos de demanda. Una producción por otra parte totalmente robotizada en las fases directamente relacionadas con el montaje del motor. Para las restantes, para asegurar la calidad máxima del trabajo, la compañía forma a sus propios empleados... por cierto con gran presencia femenina.
Bajaj es una marca que presume de un fuerte sentido social herencia de los valores de su fundador; la fábrica cuenta con zonas de descanso y guardería para sus trabajadores, la comida les va incluida dentro de su sueldo, y en el enorme comedor comen juntos desde los altos directivos a los mozos de almacén. Una notable muestra de ruptura con el tradicional sistema de castas.
En su devenir corporativo Bajaj ha tenido varias “joint-venture” desde la inicial con Piaggio hasta la actual con el Grupo Pierer y Triumph, pasando por Kawasaki durante 8 años, con la que construyó su primer modelo no scooter. Eso quiere decir que siempre ha tenido una visión muy japonesa y europea tanto del proceso de fabricación como del negocio. Y otra buena prueba de ello es que su producción para el Viejo Continente cuenta con un centro de diseño en Barcelona.
Baja llega a España con dos marcas propias: Pulsar y Dominar. La Bajaj Pulsar NS 125 es una naked sport utilitaria, pensada para un público joven y que hace gala de robustez y consumo bajo; muy lo que se espera de una moto india, digamos sencilla. El motor que lo impulsa es propio con refrigeración por aire, cambio de cinco velocidades empleando una inyección electrónica Bosch y doble bujía para conseguir una mejor eficiencia. Bajaj declara una potencia máxima de 12,7 CV a 9000 rpm con un par máximo de 11 Nm a 7.500 rpm para un conjunto de 142 kilos. La frenada incorpora ABS y su precio rondará los 2800 euros con garantía de 5 años.
La Dominar D400, por su parte, es mucho más interesante y aspiracional. Es una sport tourer de cilindrada media para carnet A2, muy polivalente, apta tanto para los desplazamientos diarios como para disfrutar de salidas de fin de semana y que presume -como todos los productos Bajaj- de ser virtualmente irrompible. Está equipada con un motor monocilíndrico de 373,3 cc, con cuatro válvulas, un curioso sistema de triple bujía DTS-i, inyección electrónica y refrigeración líquida a través de un radiador de gran capacidad desarrollado para mantener una temperatura óptima incluso en las condiciones exigentes de la India.
Este propulsor genera 40 CV a 8000 rpm y un par máximo de 35 Nm a 6.000 rpm, ofreciendo un rendimiento más que notable en su categoría para esta cilindrada. En la parte ciclo encontramos una horquilla invertida de 43 mm y un monoamortiguador trasero ajustable en precarga para un peso de casi 190 kg en orden de marcha. En el apartado de frenos, la Dominar 400 incorpora un disco delantero de 320 mm con pinza de doble pistón y un disco trasero de 230 mm con sistema ABS de doble canal. Todo ello a un precio aquí de unos 4990 euros también con garantía de 5 años.
Tuvimos la oportunidad de probar ambas Bajaj en la pista de pruebas que la marca tiene en Chakan, cerca de las instalaciones de Pune. La primera, la NS 125 tiene buena factura, buenos acabados y estéticamente es pintona. Su estética puede competir perfectamente con otras opciones de moto utilitaria ya más consolidadas. Me sorprendieron algunos detalles como las rejillas laterales en la rueda trasera que, por cierto, montan todas las motos indias y que tienen la función de permitir a las mujeres sentarse de lado "a la amazona" sin que el “sari” -el traje tradicional- se les enrede en los radios.
Más allá de este detalle exótico y que obviamente no veremos en las versiones europeas, ergonómicamente la NS 125 destaca y sorprende por su buen tamaño -más cercano a una 250 o 300 que a una octavo de litro- que permitía incluso a alguien talla XL como quien suscribe estar cómodo al manillar. En cuanto al motor, en cambio, sí necesitaba un toque más europeo ya que le faltaba alegría en la zona alta, lo cual es perfectamente explicable porque en el caótico tráfico indio se circula casi siempre en bajos y medios, y Bajaj ha centrado en mejorar el rendimiento en esos regímenes. En cualquier caso tampoco será este el propulsor que tendremos en nuestras tiendas ya que los ingenieros se han comprometido a arañarle un par de caballos más, que lo dejaría en los reglamentarios 14 CV y le vendrán fenomenal para nuestros lares. Se nota que es una moto diseñada para durar -las Bajaj tienen justa reputación de irrompibles, lo cual parece cierto a tenor del estado de la mayoría de las que ruedan por las calles de Nueva Delhi, Agra o Bombay- y esa es su prioridad.
Por su parte la Dominar fue la verdadera sorpresa de la jornada y el escepticismo inicial sobre sus cualidades cambió pronto a una sonrisa en los rostros de todos los representantes de la prensa internacional. El cubicaje de 400 y su arquitectura monocilíndrica nos había predispuesto a creer que iba a ser una máquina pesadota y aburrida... hasta que una vez más aprendimos que en cuestión de motos, como en la vida, no caben los prejuicios. ¡Estos indios saben hacer motos!
De hecho, al final de la jornada, todos lo habíamos pasado muy bien con ella dando vueltas al apañado circuito de pruebas de la casa a despecho de cierta pereza de su motor a trabajar en la zona alta -propio por otra parte de una “mono”- lo cual no impedía llegar al final de recta rozando los 150 km/h, una cifra nada despreciable. La Bajaj Dominar 400 es mucho más divertida de lo que parece y una excelente moto todo uso; la marca la vende incluso como una SUV capaz de darse un garbeo por pistas. No tuvimos ocasión de poner a prueba dicha capacidad pero en cualquier caso tampoco lo necesitaría para que la catalogáramos como una excelente máquina utilitaria que sirve tanto para el día a día como para salidas de fin de semana. Su concepto me recordaba al de aquellas ahora olvidadas monocilíndricas Honda SLR y FX Vigor, BMW F650 Scarver o Suzuki Freewind de los 90...
Es también de buen tamaño, ergonómicamente muy confortable y estéticamente tiene personalidad. Cinco kilitos menos le vendrían muy bien aunque, pese a eso, el conjunto cambiaba de dirección con facilidad y la parte ciclo podía perfectamente con todo. En los acabados de nuevo se notaba ese toque Bajaj de algo hecho para durar y que prescinde de frivolidades para centrarse en que lo que hay funcione bien y no dé problemas. La verdad es que dentro del mercado A2 de motos de un único cilindro no se me ocurre una competidora directa a ese precio aunque probablemente, una vez más, los prejuicios serán su principal competencia. Vale la pena superarlos y darle una oportunidad a la Dominar si lo que se busca es una moto que sirva para todo y lo haga todo bien sin destacar en nada.
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