Probamos las Yamaha YZF-R125 y MT125 2023: la pasión no tiene tamaño

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Yamaha YZF-R125 y MT-125 2023

El motor lo comparten ambos modelos, un monocilíndrico 4T refrigerado por agua, con un solo árbol de levas en culata, 4 válvulas y distribución variable, un extra técnico todavía muy exclusivo. Es un motor de carrera larga pues no le hace falta girar a muchas revoluciones para alcanzar la potencia máxima permitida, 15 CV a 9000 rpm y de esta forma obtiene una mejor respuesta a medio régimen.

La parte ciclo también es prácticamente la misma en ambos modelos, con un bastidor de doble viga de acero (Deltabox), el mismo equipo de frenos y la horquilla delantera invertida de 130 mm de recorrido en ambas, solo la suspensión trasera Monocross de la MT tiene 4 mm más de recorrido que la R (114 mm por 110 mm).

Las principales novedades en la MT 125 son su sistema de control de tracción electrónico y la nueva pantalla de instrumentación TFT idéntica a la que incorpora su hermana mayor la MT-07, con el sistema de conectividad que puedes vincular con tú móvil después de que te hayas descargado la APP gratuita MyRide de Yamaha.

En la YZF-R 125 encontramos más cosas, pero lo primero que destaca es su nuevo diseño en el frontal de la carrocería y la iluminación (muy del estilo de la R7), también incorpora la nueva instrumentación y conectividad con la APP MyRide, el control de tracción y una preinstalación del sistema de cambio rápido con quickshifter (solo para subir marchas) que se puede adquirir como opción. Las unidades de pruebas que hemos tenido ocasión de utilizar en circuito lo llevaban instalado, pero las unidades que hemos empleado en la ruta por carretera no disponían del sistema.

Nos vamos de ruta

Los hombres de Yamaha Europa nos prepararon una ruta hasta la localidad tarraconense de El Vendrell, capital de la comarca del Baix Penedés, pues en esa localidad, además de un arroz exquisito a la orilla del mar, hay un circuito de Karts bastante hermoso donde estaba previsto rodar con las R, probarlas y hacer fotos. El viaje de ida lo haríamos por la costa a lomos de la MT 125: pasamos por Castelldefels, las famosas curvas del Garraf, Sitges, Calafell y El Vendrell; el regreso a Barcelona lo haríamos sobre la 125 R por Vilafranca del Penedés, Bergures y Gavá.

Unos 160 km en total, muchas curvas y precioso entorno, las únicas pegas que nos encontramos es que en el viaje de ida había mucho tráfico, sobre todo por la carreteras de El Garraf, un trazado precioso por el borde del Mediterráneo, pero de un solo carril y doble línea continua: imposible adelantar. Y en el viaje de vuelta, nos cogió una buena tormenta hacia la mitad de la ruta que nos puso como sopas... Entre medias una buena sesión con dos tandas de 30 minutos cada una en el circuito de El Vendrell, para hacer fotos y explorar los límites de la R.

Pero empecemos por el principio. Salimos de Barcelona con la MT 125, hacía mucho que no probaba este modelo y creo sinceramente que es una moto que destaca en su categoría. A sus mandos no se puede negar que pertenece a la familia MT, voy relativamente erguido, adelantado, con los brazos sobre el manillar de una forma natural, las estriberas ligeramente altas y algo retrasadas. Es una postura cómoda y no tan exigente como en una deportiva pura, pero permite practicar una conducción sport cuando se trata de atacar en los virajes. El asiento es amplio y todo lo encontramos en su sitio, las entalladuras laterales del depósito recogen las piernas con amabilidad, podemos sujetarnos bien a la moto y sentirla con precisión en los virajes. Todo el conjunto denota una agradable sensación de calidad.

En autopista o autovía es una naked, no ofrece nada de protección y se encuentra limitada por los 15 CV de potencia de su motor. No obstante, su comportamiento es intachable y puede mantener sin problemas 100-115 km/h de velocidad de crucero y sobrepasar claramente los 120 km/h del marcador (algunos compañeros decían haber visto los 140 km/h) si nos acurrucamos sobre el depósito de gasolina y mantenemos el gas a fondo durante un buen rato.

¡Al circuito!

Pero será en carreteras viradas de montaña donde más nos divertiremos: el chasis y parte ciclo está por encima del motor, se comporta muy bien, frena estupendamente con potencia y buen tacto y si vigilamos que el régimen de vueltas esté siempre entre 6.000 y 9.000 rpm, encontramos la respuesta necesaria para ir de un viraje a otro con celeridad. El precio de la Yamaha MT-125 es de 5499 euros puesta en la calle.

Llegamos a El Vendrell, allí estaban listas las 125 R esperándonos. Sinceramente, los circuitos de karts nunca me han gustado mucho para ir en moto: casi siempre bacheados, con el asfalto rizado, con parches, mucha goma en el suelo de los neumáticos de los karts y escapatorias pequeñas para ir deprisa en moto... Pero este del Vendrell la verdad es que me gustó su trazado, muy ratonero, pero con algunos virajes rápidos de 3ª y una zona de 4ª antes de llegar a una de las frenadas de 2ª. Disfruté bastante, sobre todo en la segunda tanda que ya había cogido algo más de confianza al pavimento y sus trazadas y pude explorar los límites de la YZF-R125. Me sorprendió su buena estabilidad, manejabilidad y excelente frenada, sin mostrar en ningún momento síntomas de fatiga a pesar de la exigente utilización en pista.

Después de comer, viaje de vuelta a Barcelona acompañados desde la mitad de la ruta hasta el final por una intensa y constante lluvia, pero lo que me tenía que demostrar la R ya lo había hecho en el circuito. Si quieres comenzar en el apasionante mundo de las motos deportivas por el escalón más accesible y seguro, solo te puedo decir que esta YZF-R 125, es lo mejor que puedes adquirir. Su precio: 5799 euros.