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Nos decían que el futuro estaría lleno de vehículos voladores que resolverían el problema de la movilidad individual, pero seguimos pegados al asfalto…
La compañía estadounidense Hanna-Barbera Productions creó en los años 60 del pasado siglo la serie de dibujos animados The Jetsons (Los Supersónicos en España). En ella el protagonista, George Jetson, cada día iba a trabajar en su coche volador. Henry Ford en los años 40 aseguró que el futuro de la industria automovilística era el coche volador pero, 80 años más tarde, seguimos rodando sobre el asfalto.
Vivimos en una época en la que el móvil que tenemos en el bolsillo (con el que seguramente estás leyendo estas líneas) tiene un poder de computación superior a los ordenadores que se emplearon para que el Apollo 11 se posara en la Luna. Las máquinas están ya cerca de superar el test propuesto por Alan Turing en 1950 para ser inteligentes (algunos expertos dicen que ya ha ocurrido)... pero nuestras motos siguen gastando neumáticos y, en algunas ocasiones, hasta pinchando.
Es imposible hoy no leer o escuchar cada día la palabra inteligencia artificial, una tecnología disruptiva que convertirá el mundo en un paraíso o en una versión real de la peli Matrix (sobre esto hay división de opiniones). Los drones se emplean en la guerra y en la paz pero… seguimos sin tener motos voladoras…
La historia nos enseña que no es fácil prever el futuro, los expertos hablaban de coches voladores que poco menos desafiaban a la gravedad y robots (en esto acertaron) cada vez más sofisticados pero nadie (o casi nadie) imaginó máquinas más inteligentes que el ser humano en todos los aspectos.
Para ilustrar esta reflexión (lo de reflexión es un decir) hemos recurrido a Kar Lee, el gran artista de Kardesign Koncepts quien, por lo visto, también espera con impaciencia una moto capaz de despegar del suelo y mantenerse en el aire de manera indefinida. El diseñador británico le ha "puesto alas" nada menos que a una Honda CBR600F de 1990, un modelo que a un servidor le toca de cerca (porque tengo una).
En general, la previsiones a corto plazo suelen ser exageradas y las de largo aliento se suelen quedar cortas. Tu próximo móvil será muy parecido al actual pero nadie sabe cómo será el móvil que tendrá tu nieto dentro de 20 años… A lo mejor ella o él tienen más suerte que nosotros y sí pueden guardar en el garaje una moto capaz de volar. Me temo que mi generación se irá a la incineradora con las ganas, pero sí podremos decir que en más de una ocasión volamos bajo con nuestra montura y, por desgracia, en algún momento volamos de manera literal, por suerte seguimos aquí para contarlo.
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Tras estudiar periodismo e inglés, en los 80 me publicaron una entrevista con Kenny Roberts y desde entonces estoy en este mundo. Dispuesto a aprender hasta la caída de la bandera ajedrezada.
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