Prueba Benda Chinchilla 500: V2 custom para el A2 ¡5990 euros!
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Cilindrada
Motor
Potencia
Peso
Carnet
Precio
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Hace cosa de un año ninguno de los periodistas que acudimos a esta presentación habíamos oído hablar del fabricante chino Benda. De hecho solamente hace pocos meses descubrimos alguno de sus modelos más llamativos, al publicar la noticia de la aparición allí de la Benda LFC 700, una impresionante custom con motor cuatro en línea y basculante monobrazo… Cuál sería nuestra sorpresa al encontrarnos con unas motos maduras, bien hechas, con muy poco que criticar, con (claro) precios muy buenos y el respaldo del Grupo Keeway (conocido por Benelli y recientemente Morbidelli).
Allí estaba su fundador y jefe de diseño, Li Bo, cuya formación ha sido muy europea y ha trabajado en Audi o KTM si ir más lejos. Benda empezó con motos pequeñas allá por 1994 pero fue a partir de 2016 cuando se reestructuró a fondo y decidió apostar por dedicarse solamente a motos cruiser-custom, en un mundo (China) saturado de fabricantes de motos de todo tipo (pero no tanto de ese estilo). Ya tienen mil empleados capaces de producir 70.000 motos al año que van abriendo mercados en todo el mundo. En el departamento de diseño de Benda adoran los gatos (un punto a su favor) y de los nombres y raza de algunos de sus gatos residentes vienen sus modelos: la Chinchilla 500 que hemos probado mejor o la Napoleón 500. Dimos una vuelta con la impresionante LFC pero aunque esas siglas tienen menos arte (Line Four Cylinder) el motor se parece por fuera al Honda 650 (admiten haberse inspirado en él) y también suena y tiene ese tacto tan fino… ¡un buen aperitivo!
Benda Chinchilla 500 V2: custom A2
Monta una mecánica propia e inédita, porque no parece derivada (ni inspirada) en algún otro motor chino V2 de 300 o 400 cc de cilindrada. Este cubica 475,6 cc gracias a unas medidas internas casi cuadradas (pistones de 69 mm con carrera de 64 mm) con una V algo más cerrada que los tradicionales 90 grados, y con culatas DOHC de cuatro válvulas. La potencia declarada es justo la máxima del carnet A2, 35 kW (o 47,6 CV) a 8800 rpm, con un par máximo de 42 Nm a 6700 rpm. Estas cifras como veremos engañan, porque el motor destaca por su buen empuje desde unas 2000 rpm…
Alojado en un chasis doble cuna en tubo de acero, tenemos delante una horquilla invertida y detrás una suspensión con dos amortiguadores de escaso recorrido y cierta sequedad. Es una moto larga y baja, de estética sencilla, “bobber”, cuyos escapes salen rectos hacia atrás, y que monta ruedas en llanta pequeña (16 pulgadas) con anchos neumáticos, nada menos que 150/80 delante y 180/65 detrás. Un solitario disco de 320 mm recibe la ayuda de otro de 260 mm trasero, si bien no eché de menos más potencia, y el obligatorio ABS solo entra al límite. Es posible desconectar el control de tracción, cuya intervención (algo brusca) sólo apreciamos con tierra o grava en el asfalto.
Unas buenas piñas iluminadas y un compacto reloj digital redondo con todas las funciones permiten conocer los datos vitales de nuestra moto y viaje. Es algo oscuro y no muy visible a plena luz. Nos acompañó su hermana Napeoleón 500, de idéntica base mecánica pero diferente basculante (de aluminio y con un solo amortiguador) y estética también reformada delante con unos grandes protectores o embellecedores de horquilla… además de ser estrictamente monoplaza.
De curvas con los pies por delante...
Como dije más arriba, Benda es un descubrimiento: probamos esta Chinchilla 500 durante una jornada, por las retorcidas carreteras del Montseny en tramos tan clásicos del panorama motociclista (y de rallyes) catalán como Santa Fe o Coll Formic, y ya te anticipo que la moto nos dejó muy buena impresión, y eso que no es el estilo de moto que uno elegiría para tantas curvas.
Con los pies por delante, como manda el canon custom, en una moto tan bajita, no era difícil rozar los reposapiés (sin avisadores) en el asfalto. Pero solamente rozaban ellos, articulados, y solo insistiendo más allá de lo razonable podías sentir que empezaba a rozar algo más sólido… e inseguro. Muy al contrario que la reciente Morbidelli, del mismo distribuidor (que no fabricante) y cuyo pilotaje “animado” no es aconsejable: esta Benda permite disfrutar entre curvas sin riesgo.
Sin riesgo, y con diversión, porque el comportamiento para una moto así de larga y con un 150/80 delantero es sorprendentemente fácil, dejándose guiar entre curvas, cambiar de lado rápidamente, y hasta rectificando trazadas buscando inclinación suave y controlada. Y el motor ayuda mucho: cuando ya llevaba un buen rato de ruta caí en la cuenta… ¡pero si es una moto del A2 y ni medio litro! Estaba haciendo curvas en 4ª y 5ª marchas, aprovechando el buen empuje del motor entre 2 y 4000 vueltas… como si fuera montado en una del doble de cilindrada y potencia. Sensación que refuerza el sonido: este V2 suelta un excitante bramido de admisión acompañado de un buen sonido de escape… perfecta sintonía en este ambiente tan revirado. ¿Cambio y embrague? Perfectos.
Conclusiones
La Benda Chinchilla 500 (no sé si para nosotros el nombre está muy bien puesto) es una moto divertida, bien diseñada, bien fabricada y bien terminada, que va muy bien. Cuando, por probarlo ya que no íbamos a pisar vías más rápidas, opté por usar marchas más cortas para ver el tacto y sensaciones del motor a mayor régimen, y sí me llegaron algunas vibraciones a partir de 6000 vueltas y hasta el corte (extrañamente la potencia máxima está pasada la zona roja si la cifra es correcta). Por suerte no es lo que el motor pide, al contrario.
El solitario disco delantero no desfalleció ni cuando lo puse adrede a prueba, al límite del bloqueo de toda esa goma delante y el ABS solo entra al final (bien). No conseguí ver bien el cuadro digital, en las fotos se ve muy bien y tal vez mis gafas de sol polarizadas eran el problema (a veces me pasa).
Si hace unos meses me dices que voy a probar una moto de marca china desconocida y tener tan buenas sensaciones, no lo hubiera creído, pero aquí la tienes, y por 5990 euros sus rivales pueden irse preocupando.
La moto al detalle...
Una pantalla digital en forma del clásico panel redondo, con cuentavueltas alrededor (bien) y más información dentro. No se veía muy bien a plena luz.
¿Qué motor “tiene” que tener una custom? Sí, un bicilíndrico en V estrecha: éste es de factura propia, inédito, y sorprende por su empuje a bajo y medio régimen además de por su sonido tanto de admisión como escape al acelerar. Estirando marchas mi unidad vibraba un poco. El cambio, perfecto y sin QuickShifter admitía cambiar sin embrague sin quejarse...
Faro redondo “clásico” que esconde ópticas LED y esas dos luces que son el signo de identidad de Benda: unos “ojos de gato” que denotan su amor por nuestro (también) animal de compañía favorito….
Material propio, y un solo disco delante, pero la verdad es que frenaba bien y con buen tacto: potencia de sobra para llegar con tacto al bloqueo delante (mejor dicho al ABS, poco intrusivo).
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Apasionado de las motos, los aviones y la tecnología, llevo más de 30 años viviendo "desde dentro" la información del mundo de la moto en los mejores medios: ahora, en Moto1Pro.
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